Europa termina aquí

 
Europa termina aquí.

Cada noche, el Faro de San Vicente, en la esquina sudoeste de Portugal, declara el fin del día en la Europa continental.  


Más allá del mar, siguiendo la estela de ese sol moribundo, se ocultan horizontes que hoy son mágicos y antes eran desconocidos, América, África, quimeras al fin y al cabo. 


Cada crepúsculo, un grupo de viajeros se congrega alrededor del Faro, confiando sus deseos más secretos al anochecer. Y el sol, esquivo e insensible, se oculta en el mar olvidándose por unas horas del Viejo Continente, en el que nacieron los sueños antiguos. 


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