Mal de Altura, de Jon Krakauer


Por suerte, no leí este libro con 20 años. 

En realidad, cuando yo tenía esa edad, aún no había ocurrido la terrible tragedia en el Everest que narra Jon Krakauer, que sobrevivió para contarla en este libro. La novela transmite a la perfección la fascinación por la montaña y el reto de coronar su cima, desde la preparación familiar previa a la expedición hasta los últimos pasos que, en este caso, llevan a los montañeros al techo del mundo. Krakauer reproduce unos días trágicos, en una narración confeccionada como un puzzle a través de los testimonios de sus compañeros, todos afectados por la falta de oxígeno y un cansancio extremo.

El lector irá subiendo metro a metro con Krakauer por cascadas de hielo, seracs y paredes de nieve hasta llegar a la zona de muerte y, desde ahí, al escalón de Hillary, último obstáculo para alcanzar la cumbre. Mientras tanto, asistiremos a una manifestación única de los sentimientos y actitudes de hombres y mujeres en situaciones límite. Héroes, cobardes, pragmáticos, resucitados, moribundos, la grandeza y la miseria del espíritu humano, en una narración especialmente difícil por las heridas que puede causar a quienes estuvieron allí y a los familiares de los que murieron. 

Al terminar las últimas páginas, pese a la implacable presencia de la tragedia, un lector que ame la montaña hará suyo el sueño de coronar el Everest. Y lo hará por esta fuerza irresistible que se oculta en el alma del espíritu humano: el deseo de conquistar la última frontera. 

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