La chica del tren, de Paula Hawkins



Quien lea La chica del tren, no tardará en olvidar la novela, como olvidamos el rostro de aquella persona que nos llamó la atención en el metro. 

La chica del tren es un libro entretenido, un thriller sin pretensiones literarias. Cuenta la historia de Rachel, que viaja diariamente a Londres en el mismo tren, y se imagina la vida de un hombre y una mujer a los que observa desde la ventana, una feliz pareja que vive en la misma calle donde ella solía hacerlo con su ex marido. 

Un día, la mujer de la pareja feliz desaparece y Rachel, que ha sido despedida de su trabajo por alcohólica, no puede evitar involucrarse en la historia, ya que cree disponer de una pista esencial para encontrarla. De manera casi inconsciente, irá introduciéndose en un mundo ajeno hasta convertirse en parte de él, e influir de manera decisiva sobre los personajes que lo habitan. 

La trama está narrada con tres voces de mujer, en primera persona, y se desarrolla en un reducido número de localizaciones, como si hubiese concebida para el teatro. La novela entretiene y funciona, aunque abusa del recurso del alcoholismo de la protagonista y su incapacidad para recordar lo que sucede cuando se emborracha. Es una historia para gente que viaja en tren o en metro cada día a su lugar de trabajo, observando cómo la vida pasa a su alrededor.

2 comentarios:

  1. Pues a mi me llama mucho la atencion es de mis caprichos de este verano.

    ResponderEliminar
  2. ¡Hola! he descubierto tu blog y me encanta. Veo que el libro no te ha gustado demasiado y a mí la verdad tampoco me atrae mucho, así que no creo que lo acabe leyendo
    Saludos

    ResponderEliminar