La literatura es inspiración.
He leído pocos libros tan inspiradores como En el camino. Y, días después de haber terminado su magistral última página, todavía me pregunto cuál es el secreto de Kerouac. El americano escribió una novela ilógica, que puede resumirse en una sucesión de viajes alocados del Este al Oeste de Estados Unidos (y viceversa), que culminan con otro viaje a México. El lector recorre la Norteamérica profunda siguiendo a Sal Paradise, aprendiz de escritor que viaja y viaja sin parar, con un cuaderno y un puñado de dólares. Pero la trama, en realidad, es sólo un pretexto para encontrar acomodo al verdadero corazón de la novela: Dean Moriarty.
Moriarty, el mejor amigo de Sal Paradise, es el inicio y el final de En el Camino, el inspirador, el maldito, el inigualable, el joven con el que todos hemos soñado ser. Loco, simpático, seductor, irresistible, siempre en una carrera enloquecida hacia la nada, Dean va y viene reclutando a otros locos con un hambre insaciable de vivir, de experimentar la vida con mayúsculas, tocado con el halo mágico de la juventud.
Después de leer En el camino, siento una necesidad imperiosa de viajar, subir a un coche y perderme por una carretera sin fin en busca de lo desconocido. ¿A quién no le gustaría ser, aunque fuese por un momento, el irrepetible Dean Moriarty?
Jack Kerouac bello, intenso, fuerte y destructivo... Imposible superarlo.
ResponderEliminar