Conduzco un Toyota Auris con el volante a la derecha en el Parque Kruger, al Este de Sudáfrica. Al principio, el paisaje me resulta aburrido. Me recuerda a Extremadura, y durante cinco minutos pienso que, con suerte, veré fugazmente algún animal escabulléndose en la maleza.
Pero entonces aparecen las jirafas.... y después se desata el frenesí.
Uno no puede imaginarse lo alta que es una jirafa hasta que la observa en libertad. Ni tampoco puede hacerse una idea de lo que es el parque Kruger hasta que observa cómo los licaones, entre otros, cruzan la carretera sin que parezca intimidarles la presencia humana, ni los coches.
Licaón |
Durante tres días, vivimos una borrachera de emociones según nos salen al paso las fieras, e incluso conseguimos completar el encuentro con los Big Five: León, Leopardo, Elefante, Rinoceronte y Búfalo.
Los elefantes, reyes del parque y dueños de las carreteras, merecen mención aparte.
Dormimos en campamentos rodeados por vallas electrificadas, donde los impalas conviven con los viajeros.
Impala en un campamento |
Habitantes del Kruger |
Leones descansando |
Dos semanas antes de nuestra visita, un león ha devorado a un turista confiado delante de su familia. El muerto se había alejado apenas un par de metros del coche para hacer fotos, olvidándose de que un león, agazapado en la maleza, puede recorrer cien metros en cuatro segundos. Además, el Kruger es un paso clandestino de inmigrantes entre Mozambique y Sudáfrica, y sus leones se han acostumbrado a la carne humana.
La naturaleza salvaje nos rodea y se muestra generosa a nuestro paso en un Kruger con poca vegetación, en plena época seca. Cebras. Facóqueros. Antílopes. Hipopótamos. Monos. Elefantes y más elefantes. Leones. El asombro no tiene fin.
Después de ceder el paso a una hilera de paquidermos, sitúo el coche a un par de metros del último, con la codicia de obtener una fotografía a su lado. Y, de repente, escucho a mi izquierda el inconfundible barritar de un elefante. Es el que cierra la manada, y pasará por encima del coche si no reacciono. En una décima de segundo, arranco y consigo avanzar diez metros mientras puedo sentir la enorme mole desplazarse detrás de mí.
Kruger. La vida y la muerte en un segundo.
África.
África.
No hay comentarios:
Publicar un comentario