No todos los animales pueden vivir cerca del cielo.
Cuando los conquistadores españoles llegaron a los Andes, en el siglo XVI, se encontraron con un animal fascinante, la llama, que podía acarrear grandes cargas, como los burros -de hecho, todavía en el siglo XX ha sido utilizada para ese fin por el Ejército boliviano- y también proporcionaba carne y lana.
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Llamas cerca de La Paz |
La llama es una de las señas de identidad de los Andes. Si uno la mira de frente, es fácil reconocer su parentesco con camellos y dromedarios. Como ellos, sobrevive en un hábitat hostil, rumiando la hierba pobre de la alta montaña, y como ellos ha sido fundamental para la supervivencia del hombre.
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Vicuña |
La llama puede confundirse con otros dos camélidos andinos, la vicuña y la alpaca, algo más difíciles de encontrar. A diferencia de la llama, la vicuña, más grácil y ligera, no es domesticable (o, para ser más precisos, es mucho más difícil de domesticar). La alpaca es la versión lanuda de la llama, aunque de menor tamaño. Todas son parientes de los guanacos, que probablemente fuesen sus antepasados y ahora batallan para no extinguirse.
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Alpaca junto al lago Titicaca |
En la Bolivia andina, la llama es omnipresente. Hay llamas junto a las casitas de los suburbios de La Paz, entre las ruinas de la ciudad sagrada de Tiwanaku, en los valles perdidos de Cotapata y por supuesto alrededor del lago Titicaca. Las vicuñas buscan lugares más recónditos, como las orillas del desierto de sal de Uyuni, donde retozan libres mientras rebaños de llamas pastan en las afueras de pueblos remotos de Potosí.
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Alpaca en Copacabana |
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Vicuñas salvajes en Potosi |
Además de sus múltiples utilidades materiales, la llama tiene un componente mágico. Las creencias altiplánicas sugieren la posibilidad de enterrar un feto de llama en los pilares de los edificios que empiezan a construirse, entre otros usos similares. En el mercado de las brujas, el corazón del centro antiguo de La Paz, es posible encontrar estos fetos, que sobrecogen al viajero.
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Fetos de llamas en el mercado de brujas de La Paz |
Las llamas, alpacas y vicuñas producen ternura. Es difícil de explicar, porque en realidad son animales algo malolientes y con tendencia a escupir a quien les molesta, pero lo cierto es que hay pocas cosas tan conmovedoras en los Andes, un mundo árido y duro, como el encuentro con estos camellos de las nubes.
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