Dos ciudades llamadas Santa Cruz


La historia tiende a borrarse y convertirse en leyenda o, simplemente, desaparecer. 

Por ejemplo, la ciudad más grande de Bolivia se llama Santa Cruz de la Sierra, y muchos de sus habitantes desconocen que ese nombre se debe a un pueblo casi olvidado en el corazón de la meseta extremeña.

Conduzco por la autopista que empieza en Madrid y acaba en Lisboa, atravesando Extremadura, y tengo un sentimiento de inmensa extrañeza al pensar que en esta región nacieron hombres que -sin juzgarlos moralmente- fueron capaces de gestas extraordinarias.

En un área de menos de doscientos kilómetros nacieron, entre otros, Hernán Cortés (conquistador de México), Francisco Pizarro (conquistador del Perú), Francisco de Orellana (descubridor del Amazonas), Ñuflo de Cháves (fundador de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia) y Alonso de Mendoza, (fundador de La Paz). Hombres criados en una meseta árida, seca y pobre, que atravesaron un océano terrorífico y llegaron a un continente ignoto, fundando ciudades y haciendo la guerra a su paso. 


Santa Cruz y su sierra
Tomo la salida 268 de la A-5, y llego a  un  pueblecito de piedra llamado Santa Cruz, al pie de la sierra que le da su apellido. Aparco en la entrada y camino por sus calles estrechas con pasos inseguros, comenzando por la que tiene el nombre de Ñuflo de Cháves. 



Las personas que encuentro me observan, y leo en sus miradas que el forastero es una rareza. Sus calles no se diferencian de las de cualquier otro pueblo de la región, pero encuentro señales de una antigua grandeza que no se resigna a ser devorada por el olvido. Escudos heráldicos. Fachadas de casones nobiliarios. La Iglesia, aún hermosa pese al desgaste del tiempo.

Escudo heráldico
Caserón nobiliario reconstruido con ladrillos
Iglesia de Santa Cruz de la Sierra
Iglesia de Santa Cruz de la Sierra


El nexo entre el pueblo español y la metrópoli boliviana es un hombre llamado Ñuflo de Cháves. Ñuflo nació en 1518 en Santa Cruz, de familia noble, y viajó a América a los 24 años en la expedición de Alvar Núñez Cabeza de Vaca. Llegó a las costas de Brasil, caminó hasta Asunción (Paraguay) y, acompañando a Domingo de Irala, atravesó la inhóspita región del Chaco hasta llegar a la sierra de Charcas, en la actual Bolivia.


Después de varias expediciones desde Paraguay en busca de El Dorado (El Dorado, siempre El Dorado), decidió fundar una colonia que sirviese de nudo de comunicación entre Perú y el Río de La Plata, es decir, entre el Pacífico y el Atlántico. Para ello atravesó la actual Chiquitanía, fundando finalmente el 26 de febrero de 1561 la ciudad que llamó Santa Cruz de la Sierra, en honor a su tierra natal, en "un lugar cómodo, de grandes labranzas, y comidas frutales y pesquerías y cazas..." Siete años después, cuando hacía el trayecto Santa Cruz-Asunción, fue asesinado por un cacique local de un golpe en la cabeza con una macana. 

En busca de información sobre Ñuflo, entro en el bar -núcleo principal de obtención de datos en todos los pueblos de España- de la plaza de la vieja Santa Cruz.

Plaza de la vieja Santa Cruz

Un cazador, dos ganaderos. Un café cortado. Pregunto, y nadie me da una referencia sólida sobre el viejo aventurero; todo lo más, me indican vagamente que había un experto en la historia de Ñuflo de Chávez, pero parece perdido en las brumas del tiempo. Como el fundador. 



Como el viejo pueblo de Santa Cruz.



Catedral de la nueva Santa Cruz

Un año después, me encuentro frente a la catedral de Santa Cruz de la Sierra, en el Oriente de Bolivia. Clima tropical. Dos estaciones, lluviosa y seca. Santa Cruz tiene un color verde brillante. Exuberante.

La nueva Santa Cruz está llena de vida. Agua y sol. Los "cambas" -cruceños- tienen buen clima, buen humor y mujeres hermosas. 

Las Palmas Country Club
Cruceños jugando al ajedrez
Un lustrador limpia las botas a un vendedor ambulante de café
Después de su fundación, Santa Cruz de la Sierra pasó cuatro siglos siendo una ciudad de vaqueros, ganaderos y agricultores.

Restos de la ciudad de vaqueros

De repente, a mediados del siglo XX apareció una carretera que la comunicó con el resto del mundo. Desde entonces, Santa Cruz no ha parado de progresar, convirtiéndose en una de las ciudades de toda América Latina que más crecimiento ha experimentado en la última década.

Plaza 24 de septiembre
Gobernación de Santa Cruz
Ayuntamiento de Santa Cruz
Su único problema: la delincuencia en aumento, asociada al imparable crecimiento del narcotráfico en la región. Un lunar para una ciudad en la que a uno le gustaría quedarse a vivir y empezar de nuevo, una y otra vez. 

¡Qué no hubiera dado el gran Ñuflo de Cháves por ver la plenitud de la ciudad que fundó, y dedicarle su gloria a su pueblo natal!

3 comentarios:

  1. Muy interesante. Sabiendo que Extremadura, aunque bella, es uno de los lugares más pobres de España, y conociendo la historia de alguno de estos supuestamente grandes hombres (Pizarro, por ejemplo, fue un hijo bastardo que, no siendo reconocido por su padre, tuvo que ser criado por unos porqueros) uno entiende por qué lograron cruzar el océano y vencieron los naufragios, las enfermedades y las guerras.

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  2. Muchas gracias por los comentarios, María Isabel y hombre errante y la aportación sobre Pizarro. Pese a la leyenda negra sobre los conquistadores -muy discutible en algunos aspectos- no puedo dejar de admirar el coraje de aquellos hombres cada vez que atravieso el Altiplano. Un abrazo.

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